Desarrolla el sentimiento de protección. Favorece la aceptación de la encarnación tomando conciencia de las heridas originales del niño interior confrontado al miedo al abandono. Esencia de los grandes cambios de la vida el cual nos ayuda a quedar centrado sobre los objeticos, evitando la dispersión y las tentaciones inútiles. Favorece la meditación. Ayuda para sobrepasar el miedo a la muerte desarrollando la confianza en la vida.